
Pido perdón por la grosería de este refrán tan mallorquín («dels collons d’un poden penjar a l’altre«) pero es exactamente lo que siento cuando escucho a los fiscales del Tribunal Supremo, a los encausados y líderes del «procés», al tripartito de pirómanos y a los medios de comunicación panfletarios de uno y otro signo.
Es una constante histórica irrefutable que, cuando un conflicto político alcanza un determinado nivel emocional, el debate es sustituido por la consigna, los mecanismos de resolución de conflictos pierden eficacia y el problema se convierte en una sopa de emociones en la que sólo se encuentran particularmente a gusto los ignorantes y los malvados: es entonces cuando se abren heridas que duran generaciones enteras. Los catalanes y las catalanas y los españoles en general estamos a punto – ¡ojo a la profecía! – de traspasar este desgraciado Rubicón que no conducirá a nada bueno y, por supuesto, tampoco a la independencia
Las inutilidad política, las perversiones institucionales, los engaños, la demagogia, las infracciones de la ley y las huidas hacia delante cometidas por los procesistas pueden ser objeto de sanciones penales y administrativas (malversación, desobediencia, etc)… pero acusarles de rebelión o de conspiración para la rebelión es una estupidez. Las rebeliones y los golpes de Estado, como dice el código penal y todo el mundo sabe, exigen armas y uso de la fuerza para ocupar los centros de poder institucional. El 23F fue una rebelión pero lo que pasó en Catalunya no tiene nada que ver
No solamente no hubo violencia: todo el procés es una farsa, un querer y no poder absolutamente patético. Lo siguiente que pasó tras la DUI fue que Rajoy aplicó el 155 para convocar nuevas elecciones… y los independentistas – ¡¡incluyendo la CUP!! – participaron en las elecciones organizadas por las «fuerzas de ocupación». ¿Y que pasó cuando los independentistas volvieron a acceder al Gobierno? pues nada: mucha retórica, mucho tocar las narices, mucha manipulación en TV3, mucho no darle la mano al rey, pero cumplimiento estricto de la ley por parte de la Generalitat. Sí, ya sé que el tripartito se pasa el día diciendo lo contrario y que también dice que Sánchez ha traicionado a España … pero os habéis fijado que no han presentado ninguna denuncia penal ni contra Torra ni contra Sánchez? Por qué creéis que será?
Si hubiera sentido común, tras las elecciones autonómicas de hace un año era el momento de corregir el rumbo y superar la crisis (como ha intentado hacer el gobierno de Pedro Sánchez). Era el momento de que el independentismo hubiera tenido la valentía de explicarle a la ciudadanía que había que hacer una pausa y corregir el rumbo porque la DUI estaba claro que no llevaba a la independencia a corto plazo… pero claro, estaban los presos, y los exiliados , y los que, dentro de cada partido, opinaban que no se debía dar un paso hacia atrás ni para tomar impulso, y los que pensaban «yo no me quemo, que se quemen los otros»… y ahí se han quedado: prisioneros de su propia inercia.
Por si faltaba alguien en la fiesta, PP, Ciudadanos y Vox se han conjurado para incendiar el tema de Catalunya como herramienta para acceder al gobierno a pesar de que ellos saben perfectamente que la famosa unidad de España no está comprometida por cinco grandes razones:
1) porque, como la propia evolución del procés ha demostrado, no existen condiciones para llevar a cabo una independencia unilateral
2) porque los propios catalanes están divididos al 50% sobre esta cuestión y una independencia a las bravas de Catalunya que la dejaría fuera de la UE sería inviable
3) porque los mecanismos institucionales del Estado son sólidos y es inviable un una violentación flagrante de la Constitución
4) porque, aunque es posible modificar la Constitución para segregar una parte del territorio, la Constitución exige para ello un amplísimo consenso, incluyendo un referéndum en todo el Estado.
5) porque esta mayoría necesaria para la reforma constitucional es tan amplia que, aunque todos los socialistas se volvieran secesionistas y Alfonso Guerra abanderara la causa independentista de Catalunya, tampoco habría mayoría suficiente para llevar a cabo esta reforma constitucional. Dicho de otra manera: no hay secesión posible salvo que sea a pasos y por amplio consenso
Casado y Compañía, por tanto, no defienden una unidad con Catalunya, que en lo absoluto está amenazada; defienden dos cosas muy diferentes: una visión monolítica de la españolidad y, más importante aún, llevar a cabo sus políticas retrógradas y antisociales teniendo a la ciudadanía entretenida con cuestiones de carácter emocional. ¿O que creéis que es el muro anti «invasión» de inmigrantes de Donald Trump?
Me ha gustado mucho tu comentario.Muy centrado en la cruda realidad.
Me gustaMe gusta
Gracias Juan
Me gustaMe gusta
Excelente Eberhard. Un gran abrazo.
Me gustaMe gusta
Gracias amigo
Me gustaMe gusta