Desde junio de 2016 Garzón ha sido un fiel escudero de Pablo Iglesias.

Dejando aparte algunas discrepancias en municipios y autonomías (donde uno y otro tenían la obligación de defender a sus respectivas parroquias), la relación entre Iglesias y Garzón, ha sido como una maquinaria perfectamente engrasada.

Y de pronto, el 26 de julio de 2019, tras tres años de idilio y cuando Iglesias está librando una guerra dramática contra el PSOE por el «relato» sobre la investidura, Garzón ha clavado un puñal en la espalda de Iglesias, ha admitido la posibilidad de investir a Sánchez sobre la única base de un acuerdo programático y ha abierto un boquete en el relato de Podemos muy difícil de subsanar.

Ahora, en cualquier debate, Iglesias tendrá que oír que «Vd rompe con nosotros por tener más ministerios y sus colegas de IU están dispuestos a votar la investidura sólo a cambio de un programa pactado«

Alguno puede pensar que el inusitado gesto de Garzón es un gesto de moderación y complicidad hacia el PSOE… pero – ahí está uno de los quids de la cuestión – es todo lo contrario.

En el mundo de Unidas Podemos, de Podemos, de IU, del PCE y de Anticapitalistas, el único sujeto que genera atención mediática es Podemos y esto dificulta mucho entender sus movimientos internos. Para ayudar a conseguirlo, he aquí mi modesta aportación:

1.- Como ya dije en un post anterior, Iglesias está en las últimas. Ante el fracaso de la primigenia estrategia de Podemos (el asalto a los cielos, el sorpasso y la derrota de la casta) ha reaccionado siempre ignorando la realidad, huyendo hacia delante y alimentando nuevas estrategias supuestamente victoriosas que, desde la famosa rueda de prensa de enero de 2016 (en las que pidió, creo recordar, seis ministerios) siempre se han identificado con el acceso a parcelas de poder institucional.

Lo cierto, en todo caso, es que, en las generales de diciembre de 2015, la suma de Podemos e IU fue del 24%, que, en las generales de 2019, Unidas Podemos ha obtenido el 14,3%… y que la tendencia es a seguir bajando.

Asimismo, en enero de 2015 Iglesias era el político más valorado del Estado y, cuatro años más tarde, su valoración ronda permanentemente el furgón de cola

2.- Garzón, el PCE y Anticapitalistas , como toda persona mínimamente informada, saben perfectamente que la pérdida de peso electoral y el desprestigio personal de un líder no se arreglan ocupando cuatro ministerios… pero han tragado, hasta ahora, porque, dentro del magma de Unidas Podemos, son las fuerzas más organizadas, con una estrategia más elaborada y con más posibilidades de influir significativamente en el «postiglesismo». Su sueño es extender a toda España el modelo de Adelante Andalucía.

3.- Ni el PCE ni los Anticapitalistas han visto jamás con buenos ojos un gobierno conjunto con el PSOE porque lo consideran, más bien, un enemigo a batir y una pieza clave del «régimen» que ellos pretenden derribar… Pero claro, aún ven con peores ojos que el pulso Iglesias/Sánchez acabe con nuevas elecciones y que Iglesias, antes de retirarse, les legue un resultado inferior al 10% de votos y 10 o 12 diputados menos. Para este viaje, piensan no sin razón, no hacían falta tantas alforjas.

Nota final: Siento no haber mencionado a IU en estos breves párrafos pero es que, como algunos sabemos y muchos ignoran, IU es un partido en vías de extinción. En el Congreso del PCE de enero de 2018 éste acordó exigir interlocución directa en UP que, por razones obvias, no era compatible con que IU mantuviera su actual estatus. Las políticas serias ya se deciden en el ámbito del PCE y los órganos de dirección de IU sólo sirven para cubrir el expediente o para convocar referéndums sobre cosas ya decididas y en las que participa muy poca gente. La «fusión fría» con Podemos, ya anunciada, será el triste final de esta organización que fue la mía