56 asesinadas no es una buena marca. A ver si doblamos esta cifra, gracias
Hay que matar matar matar a los judíos
Ahora sólo falta un atentado en Madrid, unos cuantos españoles muertos y un año de puta madre
Expresiones como estas, en Twt y en Facebook, fueron consideradas por los tribunales delitos de odio y fueron castigadas con penas de prisión.
Afortunadamente, no recuerdo ni a IU ni a Podemos ni a intelectuales de izquierdas protestando contra estas condenas ni considerándolas un atentado contra la libertad de expresión
Tampoco les he escuchado protestar contra los colectivos LGTBI cuando éstos han denunciado ante los tribunales las opiniones de un obispo por proclamar que la homosexualidad era una patología o cuando, en numerosas ocasiones, colectivos feministas han pedido castigos penales para lo que consideraban delitos de odio contra las mujeres.
Es más, hace pocos días IU ha solicitado al gobierno madrileño que impidiera un acto de Hazte Oir en aplicación de la «Ley de Protección Integral contra la LGTBIfobia, que prohíbe las expresiones vejatorias contra la diversidad sexual y de género en el ámbito madrileño” y también ha denunciado ante fiscalía por «delito de odio y discriminación a la mujer diversos «cánticos de la legión del estilo: «Yo prefiero tener un tanque que tener una mujer porque el tanque va a la guerra y la mujer guerra es» o «Yo prefiero tener un perro a tener una mujer porque el perro ladra que ladra y la mujer ladrones es«
En cambio, ante expresiones como las siguientes del rapero Valtonyc:
«Jorge Campos (militante de la derecha extrema balear) merece una bomba de destrucción nuclear», «queremos la muerte para estos cerdos», «llegaremos a la nuez de tu cuello cabrón»
«Queremos que explote un bus del PP con nitroglicerina cargada»
«puta policía, puta monarquía» «a ver si ETA pone una bomba y explota» «para todos aquellos que tienen miedo cuando arrancan su coche, que sepan que cuando revienten sus costillas brindaremos con champán»
la portavoz de IU en el Parlamento Europeo, Marina Albiol, acaba de remitir hoy al director de la Agencia Europea de Derechos Fundamentales, Michael O’Flaherty, la sentencia condenatoria a Valtonyc al considerar que el rap «es una expresión artística como otra cualquiera, un canal para expresar sentimientos, rabia o describir realidades y no debería llevar a nadie a la cárcel por muy crudas que sean sus letras».
¿Qué significa todo este preámbulo? Pues que una buena parte de la izquierda política y social del Estado español no tiene ni criterio ni coherencia en un viejo pero fundamental debate que el auge de las redes sociales ha situado en primerísimo plano de la actualidad: los límites de la libertad de expresión en relación con el racismo, las amenazas y el fomento de la violencia
Estoy absolutamente convencido de que la normativa española en esta materia necesita ser reformada con urgencia
Soy de los que creen que la condena de tres años y medio a Valtonyc es excesiva y que este exceso debería ser imposibilitado mediante una reforma del Código Penal en lo que se refiere a los delitos de odio.
También creo que es necesario reformar la ley para evitar sentencias contradictorias como las que se están produciendo en estos momentos.
Y, por último, también creo necesario reformar la norma para evitar comportamientos erráticos y arbitrarios de la fiscalía que son bastante evidentes.
A mí me gustaría que IU, Unidos Podemos y las formaciones políticas y sociales de la izquierda en general encabezaran estas reformas pero éste es un empeño imposible y condenado al fracaso si quienes tendrían que cargarse de razón, liderar una posición socialmente mayoritaria, procurar rigor, mesura y claridad son los primeros en tener una posición aparatosamente arbitraria y contradictoria según se trate de obispos, de raperos anticapitalistas, de homófobos, de legionarios o de supuestos izquierdistas