Casi siempre que quiero escribir algo sobre Venezuela, leo un editorial de El Pais y se me pasan las ganas: la sumisión de las grandes empresas mediáticas a los intereses económicos de sus propietarios (los bancos y empresas multinacionales que ansían seguir haciendo negocios a sus anchas tras la caída de Maduro) es de una transparencia rayana en lo obsceno.
Sin embargo, esto no me lleva a defender sin fisuras los enormes errores cometidos por el chavismo y en los que, afortunadamente, no han caído las experiencias hermanas de Bolivia y Ecuador. Si la experiencia venezolana hubiera tenido más apoyos críticos y menos apoyos acríticos de enardecidos antiimperialistas, quizás hubiera conseguido evitar la comisión de algunos de estos errores y no se encontraría en la actual situación.
Como escribí el pasado mes de abril, la revolución bolivariana » ha tenido un carácter marcadamente cesarista, ha trazado una divisoria radical entre favorables y contrarios al régimen, ha renunciado a buscar suficientes alianzas en las clases medias y ha respondido a su pérdida de peso electoral con medidas progresivamente autoritarias«. Venezuela no es una dictadura (en las dictaduras la oposición no está reconocida ni da ruedas de prensa a los medios convocando movilizaciones) pero su calidad democrática, en lo que se refiere a los derechos individuales y colectivos (como denuncian permanentemente Amnistía Internacional y el Observatorio de Derechos humanos) deja mucho que desear.
Y en los últimos meses la cosa no ha hecho sino empeorar.
La Asamblea constituyente que se elige el próximo domingo está prevista en la Constitución pero que un ejecutivo convoque y fije las reglas del juego de una Asamblea Constituyente sin intervención del legislativo y sin un referéndum previo que ratifique la propuesta es, sencillamente, una barrabasada democrática.
A pesar de las últimas deserciones y a pesar de que el discurso de la mayoría de medios de comunicación pretenda ignorarlo, el chavismo tiene una potente base social… como potente es la la fuerza opositora.
A partir del lunes, Maduro controlará la Asamblea Constituyente pero el futuro de Venezuela es incierto y poco halagüeño. La nómina de muertos mucho me temo que no hará sino aumentar.
Un proceso de reconciliación nacional y un funcionamento democrático formal y real es la única solución posible, pero no me consta que Maduro (ni los líderes de la oposición) tengan capacidad y voluntad de impulsarla
a Mª Eugenia
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Esta es tu opinión personal, la respeto, pero quiero dejar claro para la gente que no conoce del tema, que no tienes ni idea de lo que estás diciendo. En Venezuela ya no existen medios de comunicación libres en los que la oposición pueda ofrecer ruedas de prensa. El hecho que seas de izquierdas no implica «per se» que debas apoyar a todas las corrientes de izquierda del mundo. Reconozco que has intentado hacer un critica, pero te faltan datos para opinar con asertividad.
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