
Cuatro perlas brillan con luz propia en este documento que ha de ser definitivamente aprobado por el Consejo Ciudadano de Podemos. Os las enumero de menor a mayor importancia:
La primera es de método: todas las enmiendas que no consigan un 66% de los votos!! en un Círculo y, además, en el Consejo Territorial correspondiente ni siquiera serán consideradas por el órgano que ha de aprobar el documento: nada de cosas «antiguas» como esas que hace IU de permitir que se debatan enmiendas que sólo hayan obtenido un 20% de los votos en los órganos inferiores.
La segunda es que el bloque político para el cambio se concibe como una adhesión al proyecto podemita: Podemos Andalucía lidera el cambio, los demás pueden adherirse a él en la medida que cumplan las condiciones y las orientaciones que el mismo documento determina
La tercera es que el PSOE es un adversario a derrotar y que, gane quien gane en las primarias (el documento es previo a la celebración de las mismas) ésta es una situación sin retorno
La cuarta, que se deriva de la anterior y la que más polvareda política y mediática ha levantado, es que si IU quiere formar parte «del cambio» en Andalucía, tiene que romper previamente con los acuerdos de gobierno municipal que IU mantiene con el PSOE.
Me alegra la dignidad y el coraje con la que, con posterioridad a este documento, IU ha reivindicado sus esfuerzos y su trabajo cotidiano para mejorar la vida de muchísimos andaluces y andaluzas , pero no es por esto por lo que escribo estas líneas.
Tampoco es para constatar lo obvio: que no hay ni un un ápice de nueva política en el documento de Podemos porque el sectarismo, el dogmatismo y la prepotencia han sido una rémora de la izquierda desde el inicio de los tiempos.
Lo que me interesa subrayar es que la nueva política no tiene nada que ver con cuestiones formales, con primarias, atuendos, peinados, lenguajes o referendums. La nueva política se ha de fundamentar en dos cosas muy sencillas:
1) La honestidad política como única manera real de generar credibilidad. Los vaivenes, las mixtificaciones, los giros y las piruetas han de estar proscritos
2) Priorizar el servicio a la ciudadanía sobre el interés partidista. Somos lo que somos porque hay gente que nos ha votado y hay gente que nos ha votado porque han creído que ésa era la mejor manera de defender determinados programas y valores.
La nueva política no puede ser un juego de tronos: ha de ser ponerse el servicio a la ciudadanía por encima de cualquier consideración. La relación con los otros partidos o el posicionamiento en las instituciones – que tanta de nuestras energías consume – debe responder a una sola pregunta: ¿qué puedo hacer para conseguir que la mayor parte posible de nuestro programa salga adelante?
Nada más