Investidura: menos juegos de tronos y más correlación de fuerzas

Si los partidos políticos fuéramos más honestos en la lectura de los resultados electorales, estoy convencido de que  la ciudadanía saldría muy beneficiada y de que los partidos nos ahorraríamos bastantes sofocos, contradicciones y ridículos.

Me duelen los dedos de tanto escribir que el 54% de los electores del 26J han votado  a partidos que, explícitamente, hacían bandera de enviar al PP a la oposición, que un 13% votó a un partido bisagra, C’s, y que sólo el 33% de los electores manifestó su deseo de que Rajoy continuara presidiendo el nuevo gobierno.

Sin embargo, lo más cierto es que es posible que el PP – el representante de este uno de cada tres votantes – sea el que presida el Congreso, el Senado y el futuro gobierno del Estado.

No me preocupa demasiado por el hecho de que mi partido y la coalición que he votado nos vayamos a la oposición: seguro que gozaremos durante cuatro años  de una gratificante “zona de confort” denunciando las tropelías del PP y poniendo a caldo a los partidos que hayan sido cómplices de facilitar la investidura del nuevo gobierno.

Me preocupa – y me jode – porque va a ser un castigo brutal para la gente necesitada de servicios públicos de calidad porque no se pueden pagar servicios privados; me jode porque nos van a gobernar los ladrones de siempre (aunque más contenidos durante una temporada); me jode por el deterioro del clima político, de los problemas territoriales y de la calidad democrática; me jode por la acogida de refugiadxs y por la cooperación al desarrollo que van a seguir siendo un desierto; me jode por la continuidad de políticas medioambientales  penosas y me jode,  también, por los gobiernos municipales y autonómicos “del cambio”, que van a pasar más hambre que un  caracol pegado a un cristal y que van a ver frustradas muchas de las  expectativas que habían generado.

El sábado pasado IU ratificó en el marco solemne de la Asamblea Política y Social que estábamos disponibles para posibilitar una mayoría alternativa al Partido Popular y reconoció que el voto mayoritario no permitía configurar el gobierno que nosotros habríamos deseado. Espero que esta resolución se aplique con el necesario empuje y rigor, aunque mucho me temo que las cartas ya están echadas y que el PSOE, más que volver aintentar un acuerdo de gobierno, tiene ahora como prioridad retirarse a la enfermería e intentar curar sus heridas.

Como yo no creo que el objetivo principal haya de ser – en ningún caso – la búsqueda de zonas de confort ni de bálsamos para las heridas internas,  a mí me gustaría que se empezara por constatar que la ciudadanía ha votado el 20D y el 26J básicamente lo mismo, que para nada ha votado mayoritariamente por unas políticas de continuidad… y que tampoco ha votado un cambio radical en las políticas (sólo uno de cada 5 electores ha hecho esta apuesta).

Cuál ha sido, pues, la orientación mayoritaria del voto? Pues un cambio sí, pero un cambio moderado y pilotado por partidos diversos. Utilizando un símil playero: la resultante mayoritaria del voto es que la gente ha decidido abandonar el calor sofocante de la arena y meterse en el agua pero sólo hasta la barriga y sin grandes alardes natatorios.

Dicho en otras palabras, ahora y en diciembre  la alternativa posible al PP que se deriva de las urnas es un gobierno de centro- izquierda apoyado y condicionado por la izquierda más consecuente (izquierda que, en mi opinión, ni antes ni ahora debería formar parte de este gobierno por la insuficiencia de sus propuestas programáticas).

Dicho de otra manera, Podemos se equivocó tras el 20-D (legítimamente, pero se equivocó) al pretender ser una pieza clave de un gobierno imposible y, cuando esta jugada no salió, todos nos equivocamos cuando, en vez de optar por la fórmula descrita en el párrafo anterior,  obligamos a echar de nuevo los dados y apostar por nuevas elecciones. Unas elecciones, como he dicho, con pocos cambios respecto a  las anteriores pero en las que todos los cambios, en todo caso,  han sido para peor.

Duele reconocerlo ¿verdad? A mí, desde luego,  me duele un montón y si paso por el mal trago de hacer público lo que otros dirigentes de IU (de todas las familias) comparten en privado es, sencillamente, para que intentemos, lealmente, no repetir el mismo error.

Alguno me dirá que no me preocupe, que la próxima legislatura quemará al Partido Socialista y que nos convertirá en la verdadera oposición, concitando en torno nuestro la adhesión de todo tipo de descontentos. Pero yo he visto fracasar tantas veces este tipo de planteamientos que, a mis 61 años, he llegado a la conclusión de que, a lo mejor, la mayoría de la gente – este mayoría que necesitamos imperiosamente para cambiar las cosas de verdad –  lo que quiere no es un partido envuelto en mil razones, sino un partido que escuche, que sea honesto en sus análisis y transparente en sus acciones y que esté más pendiente de hacer en cada momento aquello que es posible hacer en beneficio de la gente que queremos defender que en demostrar lo equivocados que están los demás.

A estas alturas tengo muchas dudas de que lo que era posible tras el 20D lo siga siendo ahora. Tengo muchas dudas sobre la actitud del resto de actores y algunas sobre la actitud de Unidos Podemos pero, en todo, caso, sigo pensando firmemente que la vieja política – ésa que es necesario superar –  es diseñar las estrategias pensando en la estabilidad interna del propio partido, en la competencia con las otras familias del propio partido y en los juegos de tronos en disputa con el resto de partidos… y que la nueva política – ésa que es necesario construir –  es tener el valor de reconocer cuál es la correlación de fuerzas en cada momento y romperse las uñas intentando defender los intereses de la ciudadanía a la que pedimos el voto y pretendemos representar.

Pero, claro, es muy posible que esté equivocado.

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6 respuestas a Investidura: menos juegos de tronos y más correlación de fuerzas

  1. Pingback: Investidura: mucho caballo y poco ajedrez. Así nos va | grosske, IU, la izquierda unida y más

  2. Enrique Girondo dijo:

    Hola Eberhard,

    Me temo que tengo que estar muy muy en desacuerdo. Una vez más nos tiemblan las piernas y acudimos a ser subalternos del PSOE para que no gobierne la otra derecha, algo que hubiera sido especialmente grave con los resultados de diciembre, en que la suma de IU+PODEMOS superaba en votos al PSOE. Si a eso le unes el tener que tragar con el acuerdo con Ciudadanos, la receta era envenenada e imposible.

    Lo único que nos permitirá algún día llegar a gobernar desde la izquierda será la coherencia. Tener que tragar con otro gobierno del PP no es bueno, pero legitimar buena parte de sus políticas apoyando a un PSOE que se le parece mucho cuando gobierna nos condena a la siguiente tanda de turnismo. Tras el gobierno del PSOE vendría otro del PP, así de triste.

    Tenemos que meternoslo en nuestras cabezas: el PSOE es la piedra angular del sistema, sin doblegarles no avanzaremos. Aceptar el mal menor del PSOE nos condena a lo de siempre, creía que habíamos conseguido entenderlo. Si en IU no lo acabamos de comprender tendré que plantearme si en PODEMOS lo tienen más claro. Asi de triste.

    Saludos,

    Enrique

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    • Hola Enrique, la cuestión que planteas es de enorme calado y tiene que ver con un debate que atraviesa la izquierda desde sus orígenes. La posibilidad de colaborar o no entre sí. Históricamente, el no se ha llevado el gato al agua, tanto en una parte como en la otra. Algunas excepciones han sido los Frentes Populares o el programa común de la izquierda en Francia. Es un tema tan central y tan complejo que excede la posibilidad de un comentario pero me comprometo a escribir un post especialmente dedicado a este tema «en tu honor». Un saludo

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  3. Joana Gual Frau dijo:

    Hola Eberhard, comparto parte de tus reflexiones y añadiría algún tema que no mencionas, me refiero a la falta de unidad de la izquierda a cualquier nivel, para ejemplo la situación de nuestra C.A. extrapolable a cualquier otra comunidad, aquí esta coalición llamada Més no representa a la izquierda comprometida.
    No he entendido ni entenderé este juego de tronos de nacionalistas y excomunistas en este pelear por un puesto, encima gobernando mal , si le añadimos un Cs que se arrima al sol que más calienta no cabe esperar otra cosa que este ocontinuismo de la derecha corrupta pero que sigue ganando… poco pero gana !
    Por cierto no cambiarías la ecpresión » me jode » por » me fastidia «, ànimo con tu blog .

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    • Hola Joana, estoy muy de acuerdo contigo en que hace falta un cambio de cultura política en la izquierda para poder gestionar positivamente nuestras diferencias políticas o programáticas. Sin embargo, me sorprende que combines este deseo con una descalificación global a Més. Yo no militaría en Més por una cantidad importante de razones pero creo que, mi obligación (nuestra obligación) es encontrar maneras de colaborar y hacer que las cosas cambien en positivo.
      En cuanto al «me jode» no sería sustituible por fastidia porque este verbo es de un tono mucho más bajo que «joder» pero sin duda hay expresiones «decentes» e igual de contundentes: me disgusta enormemente, me parece repugnante, me indigna, me subleva… o sea, que gracias por tu advertencia: procuraré «taquear» menos en el nuevo blog

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  4. Pingback: Golpes bajos « Demasiadas palabras

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