El sistema impulsado por la cúpula de Podemos para la nominación de candidatos a las generales es tan bestia (dicho sea sin exagerar) que incluso he llegado a pensar que es un truco para mejorarlo la semana que viene y que parezca menos impactante.
En todo caso, ahora mismo la propuesta es:
1) Un desprecio absoluto a la realidad plurinacional del Estado (intragable incluso desde una perspectiva regionalista) que, con su propuesta de circunscripción única, va más allá del más centralista de los partidos existentes hasta ahora
2) Un atropello a la pluralidad interna de la organización sólo comparable al sistema electoral interno del Partido Popular (y un razonamiento para justificarlo – la necesidad de tener un grupo parlamentario cohesionado para gobernar, Errejón dixit) que es idéntico al razonamiento justificativo del PP
3) Un funcionamiento de arriba a abajo mal disfrazado de funcionamiento participativo
4) Un distanciamiento enorme de los procesos de unidad popular, incompatibles con este tipo de procedimientos pero que pretende imponer el discurso de «la unidad popular es entrar en Podemos» impulsado por la cúpula del partido.
Me alegro de que vayan surgiendo voces en Baleares, Andalucía y otros lugares del Estado levantándose contra semejante dislate. Ojalá que lo consigan enmendar